vivo como soy.

Admirando una extraordinaria puesta de sol, sentado en los escalones de mi morada, con la mirada perdida en la lejanía, se revelaron viejos pensamientos. Tal vez sea de extrañar que me sonría cuando hable de mi tristeza, adornada por escarapelas  o por los caminos de la vida. He resistido caídas, enfermedades, pobrezas y hambre de niños, tal vez sea el momento de expulsar el goce cuando hablo de sufrimiento, dolores, engaños que tuve y pude acariciar, tal vez reflexione con delicadeza de los errores que son ajenos.

 Quizás contemple triunfos donde otros  miran fracasos. Y titulares retirados y esquelas acumuladas en gavetas, amarillentas con el paso del tiempo, tal vez parezca raro que sienta orgullo de ser como un ave enjaulada, o fiera encadenada y presa. Acaso te parezca menos sentirme feliz sin nada cuando otro lo tiene todo, y no ven el deleite ajeno, tal  vez lastime a personas al pedir que mire atrás en su vida y que no sienta inmoralidad ni compasión por lo que alguna vez fuiste, ni por lo que hoy debes de ser.

Mira la luna tan dotada de hermosura como nos observa. Cuantas emociones provoca, cuantos romances cobija, cuantos amores monopolizados, y es tan solo polvo y roca sin fuego ni brillo propio. Pues depende de otro astro, y no deja de ser bella. Observa el diamante más atractivo y puro, no es más que simple mineral  y produce interiormente mil destellos. Que sólo son irradiados por el sol, no ha sido así desde la creación. Aspereza fue una vez, mil fuerzas lo comprimieron, lo permutaron milenios de años sin nunca mirar al sol.

Cuando lo hicieron gemir, y hoy es tan espléndido y apreciada gema, de toda admiración que muchos tener quisieron, mientras solo algunos se inspiraron sabiendo que sólo era carbón. Mira aquel bello acantilado, de que vista tan bella se regodea, que secretos esconde y es sólo roca. En tiempos pasados  miles de tempestades, permanentes golpes de mar, vientos que extrae el manto real que es mordido con el paso del tiempo, acantilados, diamantes, lunas, todos en si establecen el equilibrio de nuestro planeta.

Sería hoy lo que son, sin lo que fueron ayer, sin esos golpes, desgaste que contusionaron, y abrillantaron su ser. Así tu, yo, ese, aquel, que somos sino efecto de lo que fuimos ayer. Hoy tengo quien me ame y le amo, tenso el orgullo de ser lo que en mi habitaba, gozo el presente cual es, con eso lo tengo todo. No necesito de más, que lamentar entonces a aquello que hecho está. Si bien o mal me destinó a llegar donde estoy, y si os pareciera extraño que con tan poco llegue, más raro ha de parecer que ignore o no vislumbrar los males que en mi se derrumban.

Y es que no pueda mirar, pues veo el dolor. Siento temor de perder lo que me hace humano en mi, no lamento los buenos momentos es mi deuda a pagar, minúscula me parece encarecido, y aun más podría perder. Gozo el presente cual es con eso lo tengo todo, no necesito de más, igualmente después de todo gozo en pensar que con todo el vendaval, aún pudiera  este mundo ir peor. Podría no tener quien me ame, ni alguien a quien amar, amigos con quien platicar, conseguiría no ser cual soy o ridiculizarme de mí, o no gozar el presente. Entonces nada tendría lugar y no sería vivir. Si con ser ya bastante más golpe la vida diera, mientras tenga lo que tengo con eso tengo todo. 



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