soy el mas afortunado.

Como todas las familias, esta se acostumbró a la vida después de la muerte, y seguía siendo buena; y las cosas recobraron sus ritmos tradicionales, estación tras estación, y ya casi son como siempre fueron…
Y a fin de cuentas, creo que aprendí la máxima lección de mis viajes en el tiempo…
Lo cierto es que ya no viajo al pasado, ni siquiera un día; trato de vivir cada día, como si hubiera regresado deliberadamente a ese día, para disfrutarlo como si fuera el último día completo de mi extraordinaria.. ordinaria vida…
Todos estamos viajando en el tiempo juntos, cada día de nuestras vidas, solo nos queda hacer lo posible para disfrutar este viaje increíble.

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